El cine merece ser un espacio formativo, debido a esto se hace necesario aprovechar su potencialidad formativa y desmentir la idea, de ser únicamente inductor de la acción, la violencia y una sobrevaloración del sexo. El cine ha de ocupar en los centros docentes el lugar que le corresponde como hecho cultural de primera magnitud, destacando sus valores educativos y culturales. Es más, el cine y los demás medios necesitan de la educación porque son lenguaje y requieren capacitación para la comprensión de toda la riqueza comunicativa que arrastran.
A la hora de plantear el trabajo de la educación en valores de un filme, es prioritario que el tema y el guión afecten a los intereses y la realidad de los jóvenes de hoy para que puedan identificarse más fácilmente con la situación y los personajes que en él aparecen.
El mundo educativo debe reflexionar sobre la cultura audiovisual y elaborar una estrategia que lleve el análisis crítico del hecho individual a los pupitres; se hace necesario que el alumnado pueda expresarse mediante las imágenes y tenga herramientas para su interpretación y conocimiento.
Un saludo de las 3 mellizas!!!
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